EL HOSPITAL DEL FUTURO
El mundo en constante cambia avanza y con el evoluciona el ser humano e infrenablemente las patologías que el mismo alberga. La medicina y sus tratamientos siguen esta evolución y por ende la arquitectura debe de caminar al mismo ritmo.
Debemos siempre de analizar y entender que la arquitectura debe de responder y adaptarse al usuario, y no al contrario. El usuario es alguien que habita y necesita de un espacio cómodo, digno y apto para todas las necesidades de todos los distintos usuarios. Un espacio destinado a la salud resulta muy complejo de encajonar cuando a necesidades se habla, por eso debemos de entender que un hospital es prácticamente un espacio vivo que responde a las necesidades de otro ser vivo y que estas necesidades son cambiantes y variadas para todos, también es de suma importancia recordar que con estas necesidades el hospital debe de adaptarse y progresar para su constante mejora.
Por lo que a la hora de diseñar un hospital sin importar la escala o si este es de atención medica pública o privada debemos de empezar con lo más básico: una estructura que responda a la topografía y una grilla estructural modular; es decir que conforme evolucione el hospital y crezca, el crecimiento sea lo más adaptable y ordenado. Por eso, es que siempre se debe de considerar un futuro crecimiento, por que conforme pasa el tiempo los departamentos, los recintos o las especialidades médicas desarrollan o cambian.
DISEÑAR A CONSCIENCIA
EMPATÍA
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HUMANIDAD
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CONSCIENCIA
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Conforme la tecnología avanza, las máquinas se actualizan y progresan, debido a esto es que siempre debemos de diseñar contemplando los escenarios de cambios de estas mismas máquinas, por ejemplo, equipos que se utilizan en diagnóstico por imagen, en tratamientos oncológicos(medicina nuclear), área de quirófanos, máquinas de ventilación (acondicionados o calefacción) suelen cambiarse cada 5 o 10 años, entonces debemos siempre de considerar las maniobras de ingreso o egreso de las mismas sin necesidad de derribar muros ya existentes, poniendo en riesgo el funcionamiento del centro médico.
Además de las consideraciones estructurales, la funcionalidad del centro médico es uno de los pilares importantes en los cuales se basa el diseño óptimo de un hospital. Es decir, analizar detenidamente los flujos y circulaciones de los médicos, pacientes, familiares y o visitantes y de los trabajadores técnicos o administrativos es fundamental; ya que estos no deben de cruzarse ni tampoco interrumpir el flujo unos de otros.
Al diseñar un hospital, además de las distintas tipologías en las que estos se han diseñado a lo largo de la historia (Tipología claustral, pabellonal, monobloque, polibloque, bloque basamento, etc.) y que se han descartado algunas por haberse comprobado que estas interrumpen el adecuado funcionamiento del centro, se debe de inicialmente tener clara la programática y necesidades de departamentos que se requieran.
Siguiendo, se debe de trazar de manera precisa las distintas circulaciones de los usuarios, esto porque a partir de ahí nos aseguramos de que se eviten cruces en un futuro, considerando que una circulación limpia dentro un hospital evita que haya posibles brotes infectocontagiosos e infecciones nosocomiales.
Cuando hablamos de diseño consciente, nos referimos a pensar siempre y cada momento al usuario; es decir, a la persona que habita o transita el espacio que diseñamos, y en un hospital los usuarios tienen necesidades o demandas distintas. Están los que trabajan dentro del centro médico que necesitan espacios funcionales, limpios y estratégicos donde puedan desarrollar sus labores de manera ininterrumpida para así asegurar que los pacientes sean asistidos, tratados y curados de la mejor manera. Por eso es que el personal técnico, administrativo y médico debe de gozar de espacios que aseguren su confort y prometan sanidad tanto física como mental.
¿Alguna vez se han preguntado si el personal médico y de enfermería cuenta con espacios donde puedan descompresionar y descansar de sus complejas y ajetreadas labores?
Pues, la arquitectura sanitaria diseñada a consciencia siempre debe de considerar factores como estos. Los escenarios a los que un sanitario se enfrenta día a día muchas veces implican niveles altos de estrés y ponen en riesgo su estabilidad y salud mental. Por lo que se deben de diseñar espacios donde puedan descansar, socializar, tener juegos de mesa o videojuegos, incluso permanecer en silencio en un espacio que aísle y asegure su confort y descanso. Con esto, nos aseguramos no solo de la salud de quien trabaja, sino también un adecuado y digno trato hacia los pacientes que son atendidos por estos profesionales.
Al diseñar un hospital, se debe de ser consciente que no se está diseñando un espacio que alberga enfermos, sino todo lo contrario. Debemos de entender que un hospital no es un lugar únicamente que trata patologías sino, es un portador de cura, un espacio donde las personas que lo visitan y necesitan están en momentos de vulnerabilidad, dolor físico, mental o espiritual; que necesitan ser tratados, guiados y atendidos de una manera integral y humana. Por eso, es que al diseñar con consciencia aseguramos que el espacio sea sensible y sanador. Debemos de entender que nuestras decisiones de diseño repercuten directamente en quien habita nuestros espacios. Que las estrategias de diseño que apliquemos tendrán un impacto no solo en la función del espacio, sino en los procesos de salud y enfermedades de los pacientes que visiten el hospital.
Aprendizajes a lo largo de la historia
Si pensamos en un hospital actual, entendemos que este es una plataforma para el desarrollo de la salud social, con capacidades espaciales para poder ser funcional y ágil a la hora de tratar enfermedades de manera digna y humana, que es visitado por personas con distintas patologías o males que afecten su salud. Pero es importante destacar que no se tenía la misma perspectiva de un hospital que se tiene hoy en día; el hospital como un instrumento de cura se fue desarrollando poco a poco y gracias a que se le otorgó importancia a la calidad de una experiencia y el efecto positivo o negativo que puede tener en las personas.
Fue alrededor del año 1760 que se empieza a crear esta consciencia de que el hospital puede y tiene que ser un instrumento terapéutico destinado al bienestar del paciente, a partir de este entendimiento el hospital deja de ser una simple figura arquitectónica y pasa a ser parte de un hecho médico-hospitalario que fue estudiado desde entonces, permitiendo la positiva evolución hacia un modelo terapéutico.
El avance médico y la sensibilización de la ciencia y la medicina han entendido que un hospital funciona de una mejor manera cuando el flujo de los pacientes es más rápida y eficiente, es decir que se ha descubierto que un hospital desempeña un mejor papel cuando no se estancan a los pacientes haciéndolos permanecer largas estadías en internamiento. Los métodos han ido cambiando, los pacientes son tratados de manera en la cual no deben de ser hospitalizados por razones que no lo ameriten, se ha entendido que el hospital de día abarca y llega a más pacientes de una manera más eficiente. Las camas han disminuido y las cirugías ambulatorias o menores han aumentado su alcance gracias al avance de la tecnología y la medicina. Por esto, es que algunos departamentos como diagnóstico por imagen, consulta externa, especialidades médicas, unidad de cuidados intensivos (UCI) y demás departamentos han podido crecer y abarcar más espacios en los hospitales, debido a que se ha entendido que si se trata de una mejor manera al paciente y su cuidador, este puede ser tratado y despachado a su casa evitando que pernocte en un hospital y lo haga en su casa bajo el cuidado y atención de su familia, visitando el hospital para controles y tratamientos más específicos, generando ambientes familiares que ayuden al paciente a una recuperación rápida y menos traumante.
Durante los momentos de emergencia sanitaria como lo fue el punto más alto de la pandemia con COVID-19, se pudieron aprender de manera brusca y lastimosamente dolorosa para todos las deficiencias y los factores a mejorar de la red sanitaria. Cada país abordó la situación de la mejor manera que se pudo, pero todos fuimos conscientes durante ese histórico momento que prácticamente ningún hospital estaba preparado para un acontecimiento de esa magnitud. Muchos hospitales fueron rápidos y actuaron inteligentemente, habilitando espacios gracias a la versatilidad de los diseños y estructuras con las que estos contaban. Se abrieron paso ante la emergencia adaptando pasillos, pabellones y salas de espera para poder ubicar camas de pacientes COVID-19. Algunos diseñadores y arquitectos tuvieron ideas de diseño preventivas, considerando el peor escenario como utilizar columnas como punto de abastecimiento eléctrico con capacidad de ubicar camas en casos de emergencia, utilizar una grilla estructural modular apta para que cualquier espacio contara con la versatilidad de ser fácilmente adaptado a un espacio requerido durante cualquier emergencia.
Nos dimos cuenta también que en los hospitales donde existen espacios abiertos hacia la naturaleza, con iluminación y ventilación natural resultan ser espacios sanadores y liberadores para las personas que deben de estar por salud aislados en espacios reducidos y con poco acceso al exterior, aislados del mundo por pandemia, que hubiese habido quizás una gran diferencia en su proceso de tratamiento de enfermedad y que ya por hechos basados en evidencias hubiesen permanecido menos tiempo hospitalizados; como también los trabajadores sanitarios hubiesen tenido un escape de tanto estrés emocional sufrido por las múltiples perdidas o por excesivo ritmo de trabajo durante la emergencia.
Sin duda, acontecimientos como una pandemia ayudan a entender que estamos haciendo bien y mal para atender y tratar la salud pública y privada. Nos encaran a una realidad donde ciertamente importa un espacio que cuente con características que deberían de ser siempre pensadas por los arquitectos. Nos enseñan valiosas lecciones tanto a la red médica que afronta en primer plano estas situaciones, como a quien se encarga de diseñar el espacio donde se darán estas batallas, dándole la prioridad y el lugar que deben de siempre tener y nunca de ignorar a la salud pública y colectiva. Al deber de responder de manera digna y con vocación a personas vulnerables que necesitan ayuda. A los arquitectos, afrontar con responsabilidad el reto de siempre diseñar por y para los demás, recordando que lo que se diseña será un facilitador tanto para quien brinda servicios de salud como para quien es atendido.
Influencia de la arquitectura en la salud
Tomando como punto de partida la consciencia que generó en las personas el hecho de permanecer dentro de cuatro paredes por largos días y noches como resultado de la pandemia y el encierro al que se tuvo que someter al mundo entero por una larga temporada, ayudó darle la importancia y el valor que realmente tienen el diseño y arquitectura en la vida de las personas.
Muchas personas vivieron por años en casas que no consideraban sus hogares, por que únicamente llegaban por las noches de sus trabajos y dormían, despertándose la mañana siguiente para irse y volver de nuevo por la noche. Esto no permitía en aquel momento que las personas valoraran sus casas y las convirtiesen en sus hogares. Cuando no tuvieron ninguna otra opción que permanecer en ellas, empezaron a notar que eran espacios impersonales, frívolos y carentes de cualidades espaciales, entonces iniciaron a personalizar los espacios, cambiar sus muebles, pintar paredes, abrir ventanas para dejar entrar la luz y ventilación natural e incluso comprar flores y distintas plantas; quisieron apropiarse de sus casas para sentirse a salvo y sanos. Con esta simple retrospección podemos caer en cuenta de la fuerza e influencia que tiene el diseño y la arquitectura en la salud de todas las personas.
A partir de aquí, se puede entender que cuando diseñamos un espacio médico no estamos diseñando un cajón de concreto que alberga dentro máquinas para tratar enfermos, ni espacios únicamente estériles e industrializados, debemos de asegurar que nuestros espacios hospitalarios sean adaptables y versátiles, que los ambientes se sientan vivos para así poder donarle vida a quien los habite y necesite.
Para la mayoría de las personas, los centros de salud son lugares que resultan difíciles de visitar, debido a que muchísimas veces son asociados a un impacto físico o emocional para pacientes o familiares que asocian a momentos dolorosos de sus vidas, existen varias opciones para que esto pueda ser mitigado gracias a intervenciones de diseño tomando de la mano la naturaleza como un fuerte elemento de cura o sanación.
Si retomamos la historia de estos lugares podemos notar que la naturaleza fue tomando importancia y peso en la terapia de los pacientes, en los hospitales romanos ya se utilizaba la ventilación cruzada como método preventivo de brotes infecciosos, en la edad media ya se cultivaban algunas hierbas medicinales en los monasterios y poco a poco a partir del siglo XVIII fue creciendo la utilización de jardines en los hospitales, debido a que se notaba una cierta mejora en el estado emocional del personal sanitario, ya que estos utilizaban los jardines existentes para relajarse y alejarse del estrés haciendo que el trato hacia los pacientes mejorara considerablemente. De la mano de esto, fue indudablemente mejorando el tratamiento o la evolución de los pacientes, utilizando estos espacios para los paseos diarios, un ejemplo, en los hospitales psiquiátricos calmaba a pacientes en estado psicótico debido a la liberación de serotonina que ocurría en ellos al tener contacto con la naturaleza y sumándole a esto se descubrió el importante papel de la luz como tratamiento a distintas patologías.
Por esto es que vemos la utilización de espacios destinados a la fototerapia en hospitales a lo largo de la historia, un ejemplo importante y conocido son las terrazas de fototerapia que incluyó el arquitecto Alvar Aalto en el Hospital Antituberculoso de Paimio en Finlandia , ya que los estudios habían demostrado que la luz en pacientes que sufrían de tuberculosis tenía un impacto positivo en su tratamiento.
Debe de ser siempre importante invertir en la relación y el funcionamiento de espacios que faciliten una relación de los pacientes con la naturaleza, para así reforzar su recuperación. El diseñador no debe de olvidar nunca la relación que existe entre el interior y exterior de un espacio que se diseñe, y lograr una simbiosis o fusión entre ambos casi imperceptible para el usuario.
Se ha demostrado que en aplicaciones sencillas como una ventana hacia el exterior en habitaciones de pacientes hospitalizados se reduce el tiempo de internamiento de estos, se mejora el estado anímico de los pacientes y familiares y así aligera el peso que ejerce en una persona la estadía en un hospital.
Existen estudios que se han ya aplicado a muchísimas personas donde se crean experiencias en la naturaleza para lograr beneficios en la salud. Podemos encontrar una práctica japonesa llamada Shinrin Yoku, que consiste en absorber la atmosfera del bosque, se trata de visitar un bosque y sumergirse en el escuchando los cantos de los pájaros, el sonido del viento en los árboles, concentrarse en el crujido de los pasos en las hojas secas del suelo y respirar el aire puro que regalan los árboles que nos rodean. (Figura 3) Por esto es que se pueden encontrar aplicaciones de esta filosofía en muchos proyectos a lo largo del mundo, llamados Healing Gardens (Figura 4) con múltiples beneficios en las personas como reducción del estrés, distracción, aceleración de los procesos de sanación, mejora la socialización de las personas que trabajan en los centros de salud y múltiples beneficios más.
Es fundamental que como diseñadores encontremos un equilibrio entre los espacios que diseñemos y la naturaleza, lograr sensaciones de que la naturaleza emerge dentro de un espacio no debe de entenderse como espacios saturados de verde, árboles y flores sino como un diseño consciente y sensible lleno de un análisis hecho con altruismo, generosidad y sobre todo empatía hacia las personas que habiten o transiten dentro de los espacios que diseñamos.
Recordar que como seres humanos venimos de la naturaleza es entender humildemente la necesidad que tenemos de vivir y convivir con ella. La sensatez de apreciarla y valorarla nos permitirá gozar de ella por más tiempo, utilizándola por medio de diseños biofílicos de manera racional en los lugares aptos y necesarios.
NEUROCIENCIA APLICADA A LA ARQUITECTURA
Las investigaciones, el diseño y la neurociencia han demostrado el impacto que tiene la arquitectura en el ser humano. A esto se le llama neuroarquitectura, que consiste en crear o diseñar espacios que creen ambientes favorecedores para los usuarios, que mejoren sus habilidades cognitivas, su memoria, estimulaciones y demás para así mismo disminuir o evitar el estrés. Por eso es que podemos notar cambios de actitudes en los usuarios en un bar o restaurante si lo comparamos con un acto fúnebre o una iglesia; también se deben de diseñar los espacios acordes a las edades de quienes los habiten o frecuenten, por ejemplo, un restaurante que su público meta sean los niños y tenga espacio de juegos utilizará colores, materiales y distribuciones completamente distintas a una sala de reuniones de una empresa corporativa.
Actualmente nuestro alrededor tiende a ser cambiante o efímero. Los edificios cambian sus usos y aspectos de maneras rápidas, los parques en muchas ciudades cambian o desaparecen, las ciudades cada día se encuentran más llenas de personas, pero no de humanidad haciendo de esta manera que tengamos aún más el deber de humanizar y sensibilizar la arquitectura, por medio de espacios que sean pensados y diseñados para combatir el creciente estrés en las personas, siendo una importante ayuda y herramienta para utilizar en centros médicos.
Coincidiendo con Juhani Pallasmaa se considera que la arquitectura no es un objeto, sino una acción. Y es por esto que en la neuroarquitectura se considera de tanta importancia la incitación al movimiento que es un elemento fundamental en personas con algún tipo de deficiencia cognitiva, impulsando a mejoras en su recuperación. “Mientras que las personas sanas muestran control sobre el cuerpo en forma de movimientos deliberados e intencionales y cursos de acción, las personas enfermas pierden el control sobre el espacio a su alrededor a través de la perdida de la capacidad de controlar su propio cuerpo.” Entendiendo esto podemos sin lugar a dudas utilizar como herramienta la neuroarquitectura para suponer una mejoría en su calidad de vida por medio del espacio que estamos ofreciendo.
Es esencial inferir que el espacio es un refugio o cobijo que es capaz de disminuir nuestro nivel de ansiedad, estrés y cansancio mental. Que puede ser capaz si esta bien aplicado de lograr que el sistema de defensa de nuestro organismo hiberne para así lograr una liberación de nuestros sentidos.
La neuroarquitectura debe de ser definitivamente una herramienta integral que ayude a mejorar las condiciones de vida para así mejorar las terminaciones sensoriales de los seres humanos. Utilizando nuestro conocimiento actual de anatomía básica humana y la neurociencia para aplicarla en todas las sociedades.
Concluyendo, las situaciones y aprendizajes que hemos tenido en los últimos años definen y definirán la arquitectura sanitaria del hoy y del mañana. Debemos como profesionales actuar de manera responsable y consciente sabiendo que tenemos un importante rol en nuestras manos. Sabemos que no estaremos diseñando solo bloques de hormigón que albergan máquinas y enfermos, sino que dentro de lo que nosotros diseñemos iniciarán y terminarán vidas, habrá dolor y esperanza, seremos quienes diseñen los lugares donde las personas pasarán sus mejores o peores momentos, seremos los responsables de crear espacios funcionales y facilitadores para el personal sanitario que atenderá el centro de salud.
No olvidemos que la salud es un derecho, tendremos que analizar detenidamente cada proyecto, estudiarlo y entender que no todos son iguales, que cada uno responde a programas y necesidades distintas y a esas necesidades tenemos la obligación de atender de una manera inteligente y consciente, por que el hospital se encuentra en constante evolución, en una carrera incansable de buscar el bienestar de los pacientes que acuden a él en situaciones difíciles, donde se encuentran vulnerables, llenos de dudas y miedos. Y nosotros, tenemos las herramientas para poder amortiguar estas sensaciones y hacerlos sentir acompañados y cobijados por una red sanitaria integral y compacta.