EL PODER DEL RECUERDO EN LA ARQUITECTURA

Un recuerdo es la capacidad mental de retener, almacenar y luego recuperar información sobre experiencias pasadas, eventos, emociones o conocimientos. Es una representación subjetiva y personal de algo que ha sido experimentado anteriormente.

Los recuerdos pueden ser de naturaleza sensorial, emocional o cognitiva, y pueden ser evocados por diversos estímulos, como imágenes, sonidos, olores, sabores o incluso pensamientos.

Los recuerdos pueden ser vívidos y claros, o pueden ser vagos y borrosos, y pueden cambiar con el tiempo debido a factores como la interpretación personal, la influencia de otros recuerdos o el proceso de olvido.


De manera objetiva viendo el recuerdo como un elemento primordial a la hora de como arquitectos o diseñadores intervenir un espacio, debemos de saber que todas las personas percibimos espacios y entornos de manera distintas, ya que todos hemos vivido y experimentado situaciones diversas que nos han hecho conscientes de lo que nos gusta, no nos gusta, nos hace felices o al contrario nos genera incomodidad.

Todo esto lo sabemos gracias a los recuerdos y experiencias que nos acompañan a lo largo de nuestra vida definiéndonos como individuos.

Pensemos en los estímulos y reacciones (sensitivas, motoras emocionales y de memoria) que nuestro entorno genera dentro de cada uno de nosotros y apliquémoslo de maneras adecuadas en nuestros diseños.

Por ejemplo:

Para esta niña, sin duda el sabor de una manzana, el olor a la misma fruta y una ligera brisa podrán recordarle a ese momento junto a su madre. Cuando la recuerde incluso su memoria del gusto y del olfato volverán a ella como en ese justo momento.


Para poder magnificar el poder de un recuerdo, podemos citar al ganador del Premio Nobel, el Doctor Susumo Tonegawa, que descubre que cuando recordamos algo con intensidad, ese recuerdo e imagen placentera activa los mismos mecanismos y respuestas en el cerebro que cuando esto sucedía en realidad.

Entonces, al entender la magia del recuerdo podemos diseñar de manera consciente sabiendo que indirectamente nuestros “trazos” pensados incluso desde los inicios de los bocetos hasta finalizada la construcción de las obras donde nuestros clientes estarán, formarán parte de sus experiencias y recuerdos. Haciendo que estos formen parte de su vida, de sus memorias, sus dichas y tristezas. Por eso es que podemos generar espacios que donen bienestar y hagan sentirse queridos y acompañados, sabiendo que psicológicamente hablando el amor es el antídoto del dolor y el sufrimiento, podemos brindar ese amor por medio de nuestros diseños logrando, así como yo lo llamo:

“Diseño Vitamina”.


Nuestras decisiones de diseño, tienen peso en la vida de las personas. No es cuestión de elegir un color, una textura o un tipo de iluminación por que nos parezca que se vea bien. Debemos de pensar y analizar lo siguiente:

¿Esta luz es la adecuada para la actividad que se realizará acá? Mejorará la experiencia del usuario?


Pensemos a consciencia, e interioricemos que nuestros espacios y diseños serán recuerdos del mañana de los usuarios. Podemos mejorar exponencialmente una experiencia con las cualidades del entorno, o peor… Podemos impedir las reales experiencias y que estos espacios formen parte de un mal recuerdo.

EMOCIONES /

SENSACIONES /

EXPERIENCIAS /

VIVENCIAS /

SUEÑOS /

EMOCIONES / SENSACIONES / EXPERIENCIAS / VIVENCIAS / SUEÑOS /

El espacio arquitectónico tiene el poder de inspirar, elevar el espíritu y transformar la vida cotidiana en una experiencia extraordinaria.
— Frank Lloyd Wright

Una vez entendamos el poder el recuerdo y el peso de nuestras decisiones de diseñonos enfremos a la cosciencia y a la empatía. ¿Nos ponemos realmente en los pies de nuestros usuarios? Atendemos sus dudas, sus cuestiones y sus gustos de diseño como nuestra prioridad para plasmar estos espacios que funcionen y se adapten a ellos? generando soluciones y no impedimentos.

El arquitecto y diseñador cuenta con una gran herramienta que aveces no se magnifica y es el poder de generar bienestar por medio del diseño. Nuestras decisiones, buenas o malas perdurarán e impactarán experiencias y vidas durante todo el tiempo que el edificio, casa, oficina, o espacio se mantenga.

Somos recuerdos, vivencias, experiencias… Momentos que nos definen como individuos. De ahi aprendemos a ser quienes somos y sabemos que nos gusta o no. Con esas experiencias afrontamos la vida con sus buenos y malos momentos.

El amor es el antídoto para el dolor y el sufrimiento, nuestros espacios pueden ser esa caricia intangible que ayude a aliviar un poco ese sufrimiento o angustia del usuario.

Podemos crear espacios con “Diseño Vitamina”

En el tejido de los espacios que diseñamos, la memoria y los recuerdos son las ventanas que permiten la entrada de la luz del pasado. Al revivirlos, invitamos al usuario a habitar esos espacios con una conexión más profunda, donde cada rincón se convierte en un refugio para la nostalgia y la reflexión, nutriendo así su bienestar emocional a través de la resonancia con la historia que los envuelve.

Como diseñadores, dejaremos una huella en el inconsciente de nuestros usuarios, y nuestros espacios serán recuerdos, ya sea buenos o malos, que perdurarán en sus mentes.
— Lucia Cesare
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